Francisco Alejandro Leyva Aguilar
Lectura y Redacción
IEESO
Primero V CCT
Dolores
Me dijeron que tú eres la causa de todos mis males, que esta sed enorme que tengo y estas ganas insoportables de orinar, tienen que ver con el mal funcionamiento que haces dentro de mi organismo.
Que esta hambre inesperada o los mareos que de repente me dan, tienen que ver con la insuficiencia de insulina que no permite que mis células absorban la energía de la glucosa que circula por mi sangre tapando mis arterias.
¿Por qué, Dolores?
Mira Alejandro, si yo no he producido la insulina suficiente, es por la vida disipada que has llevado, es por que no comías a tus horas, porque abusabas de los placeres de la vida como el cigarro y el alcohol, porque te encantaba comer tacos, tlayudas, tostadas, tortas, zopes, garnachas, coca colas y una serie de alimentos chatarra que te hicieron aumentar de peso hasta más no poder.
Llegaste a pesar 110 kilos con los que oprimiste con grasa todos los conductos sanguíneos de tu cuerpo además de tus órganos. Tu colesterol aumentó en 330, mientras que los triglicéridos se elevaron a la mortal cantidad de 2 mil 610, por eso te cansabas al subir las escaleras de la casa de Feyley.
No es culpa mía sino tuya esta insuficiencia de insulina, esta diabetes tipo 2 que te está consumiendo porque preferiste el sedentarismo a la vitalidad del ejercicio, por eso tus células no tienen energía ya que están consumiendo lo que queda de ti.
¿Sabías Alejandro que cuando las células no tienen glucosa para quemar, consumen la grasa de tu cuerpo y por eso adelgazas con la diabetes? ¿Estás consiente de que después de consumir la grasa de tu cuerpo, las células comienzan a devorar tus músculos?
Esa es la respuesta a que te encuentres débil y flaco, sin ganas más que de estar acostado, con hambre desmedida y sin poder asimilar ni un solo gramo de glucosa que entra a tu cuerpo.
Y eso no es nada Alex, como la insulina es la llave para que la glucosa entre a tus células y careces de ella, el azúcar se va al torrente sanguíneo, donde te está causando estragos sobre todo en los vasos capilares de los ojos y en las diminutas arterias de los riñones… el final va a ser fatal si no te cuidas, amigo.
Dolores, tu decidiste no funcionar más, tu no quieres que yo pueda sentarme a comer una buena carne roja aún sanguinolenta a medio cocer y tomarme ese suculento Vega Sicilia que sabes que me encanta por su uva Cabernet Sauvignon.
Tienes la culpa de que no vaya más a la Alameda de León a buscar a aquella viejita de las goyorías, o a tomarme esa delicia de placer que es la nieve de tuna de la Soledad, ya no me permites hacerlo así que tu y yo querido páncreas llamado dolores, debemos ponernos de acuerdo.
¿Te parece bien que tome mis pastillas de glibenclamida y metformina todos los días después de hacer ejercicio y comer una buena dieta balanceada de verduras y pescado para que pasado un mes, me permitas un exceso sin que sienta las consecuencias al otro día o a la hora de mis análisis?
Que sean dos meses y tres pastillas diarias Alejandro, porque a estas alturas de tu vida, ya necesito de una ayudadita médica para producir la insulina que necesitas, que así sea.
domingo, 17 de febrero de 2008
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